Pensaba escribir atacando la incongruencia de las
activistas de Femen, su tufo capitalista, su insultante desprecio al
feminismo tradicional (el único que existe en realidad), su excesivo
amor al foco, su preocupante apariencia de franquicia que va colocando
la marca en distintos países con una directora jerarquizada que enseña a
sus “empleadas”… pero he de confesar que tras escuchar una entrevista en Euronews a su fundadora Inna Shevchenko (en
inglés), he cambiado de opinión. Inna representa todo lo que me gusta
del artivismo. Y su negativa a ser víctima o asimilada me hipnotiza
igualmente.
Si he de ser sincero, mis sentimientos hacia el grupo Femen se
encuentran divididos. Lo que combaten e incluso reivindican lo comparto
al 100%, especialmente su denuncia de la putrefacta Iglesia y religiones
varias. Fue un orgasmo de artivismo verlas gritar al cristofascista ministro Gallardón ese rotundo “Aborto es sagrado” y
escucharlo a él balbucear desde su prepotencia un atónito “¿han dicho
que el aborto es sagrado?”. Ya sólo por eso debemos darle las gracias a
Femen eternamente. Pero, por otro lado, comparto con muchas y muchos
compañeros feministas la aprehensión a estos destellos mediáticos tan
jubilosamente abrazados por la máquina propagandística capitalista. Por
no mencionar ese modelo heteropatriarcal que sus cuerpos imponen.
Por eso tuiteé un rotundo “Femen es al feminismo lo que el destape
fue a la liberación de la mujer”, que se sumó al encendido debate a
favor y en contra de las Femen estos días en las redes sociales y las
personales. Nadie tiene una respuesta, pero como me comentó muy
certeramente esa activista feminista grandiosa que es Mar_y_tal:
“Tampoco vamos a condenarlas ahora por lo que puedan ser en el futuro.
Habrá que darles una oportunidad”. Luego fui volviendo a mi posición de
simpatía inicial, cuando muchas voces feministas analizaban con razón a
Femen y yo me sentía cercano a pesar de temer tantas cosas como temen
mis hermanas feministas tras décadas de descrédito, utilización y
colonización de nuestra lucha por parte de la derecha más machista para
hacer pasar por “nuevo feminismo” ese mujerismo de las esclavas
agradecidas (un saludo Espe Aguirre, Ana Mato, Cospedal, Sáenz de
Santamaría, Rosa Díez…). Nos tememos siempre lo peor, pero no es malo
estar en guardia. Ya nos han tirado granadas muchas veces. Pero lo
cierto es que la acción es necesaria.
En realidad ha sido más preocupante la reacción de los demás ante
ellas. Por ejemplo los medios. Me parece sintomático que se le dé
portada en todos los medios a esa acción de las Femen y no se cubra la
labor más compleja, profunda y peligrosa de activistas como la
extraordinaria viviendera comunista Feli Velazquez, las numerosas mareas
violetas compuestas por mujeres y hombres valientes, las que reciben
mil porrazos en los escraches feministas, mi adorada AlteaLaFea, Hermi, los fotoperiodistas Juan Carlos Mohr, Raúl Capín, Adolfo Luján, la gran Sara Porras de IU o su compañera Tania, las Valientas
que tomaron las capillas de la Complutense, las numerosas
transmaricabollos del mismo grupo político, la diputada socialista
Ángeles Álvarez (obligada a enfrentarse a la demagogia
machista-clasista-populista de Gádor Joya o el machismo
pro-maltratadores de Toni Cantó), la misma Elena Valenciano, machacada
en medios supuestamente progresistas por ser fiel a su ideario
feminista, la Escalera Karacola, aquél Guillem subido a una farola en
Sol, y mil chicas y chicos que cada día se tiran a la calle sin recibir
focos o aplausos, por mencionar a unas pocas (me olvido de muchas,
perdón).
Lo cierto es que lo más revelador de la acción de Femen no han sido
su posicionamiento sino la reacción de los partidos políticos en la
Cámara. Mientras el PP y el PSOE se blindaron una vez más a cualquier
propuesta de la calle, Izquierda Unida aplaudió la acción en una
gratificante señal de apoyo a la protesta contra esa repulsiva Ley
anti-aborto que el mercenario cristofascista Gallardón quiere imponer.
Esta honesta reacción del grupo de Cayo Lara recibió una maniquea
reprimenda por parte de los conservadores que quieren ser verdugo y
simpática víctima a la vez. No, las y los diputados de IU fueron los
valientes que se posicionaron ante el hipócrita manto institucional de
lo políticamente correcto que Femen reventaron durante unos segundos.
Lo cierto es que yo doy la bienvenida a estas nuevas activistas del
feminismo. Con las campañas de represión, invisibilización y descrédito
que sufrimos, todas son pocas. Gracias Femen por recordarnos que la
protesta es poderosa y encontrar las grietas del sistema.
No estamos para despreciar a luchadoras. La batalla es larga. Si luego
resultan ser caballos de Troya, ya replantearemos la estrategia. Por
ahora son valientas renacidas.
No suele gustarme Shangay Lily y dejé de leer sus artículos. Este me interesó y decidí ver qué pensaba de este movimiento. Me ha hecho pensar, que ya es algo.
ResponEliminaEste tema de Femen, es uno de aquellos que no tengo claro...por la virulencia en que se ataca este movimiento por parte de todos los cavernícolas del Estado, diría que me producen más apoyo que rechazo
ResponElimina