¿Qué va a pasar? Estábamos todos en la cuerda floja.
Entonces se abrió la puerta del armario y salió una voz: “El futuro no viene.
Se hace. Se sueña."
Rafael Baladés y Sergio Gay para
eldiario.es
I have a dream: Baja el
paro. Se abre el cielo. Sale el sol. Una mujer me sonríe. Yo también sonrío. El
futuro también sonríe. Es muy temprano. Voy a trabajar de nuevo. Mi nombre es
Raúl González. No os olvidéis de mi nombre. Porque lo veréis escrito en el muro
de los mejores trabajadores del mundo, los héroes del verano de 2013. Todos
aquellos que nos apuntamos a trabajar más y ganar menos. Que pagamos con
sangre, sudor y lágrimas los estragos de la crisis, la voracidad de los
corruptos. Yo voy recorriendo el muro. Es inmenso. Dorado. Lleno de nombres. Y
voy con la cabeza alta. Me gusto. Me gusta lo que hago y cómo lo hago. Miro al
sol y le lanzo mi gorra: -¡Ahí va! ¡Mi brindis al sol! ¡Al verano!
¡DESSS-PA-ÑA!
I have a dream: Hay que
compartir el hambre y el pan. Las penas y las vaquitas.
Las churras y las merinas. Incluso la corrupción, hay que compartirla. Pero
sobre todo y por encima de todo, hay que compartir... ¡EL TRABAJO!
(Estábamos en la misa del
pan. Todos los mandamases del mundo reunidos. El que estaba a mi lado se acercó
a mi oído y me dijo: -El que habla es Blas el viejo. Está loco.)
“Pues sí. Si no
conseguimos que haya más, hay que compartir lo que hay. Como hacíamos mi
hermano y yo después de la guerra. Nos comíamos un huevo frito a medias.
Mojábamos la yema por orden, ahora tu ahora yo. Y la clara, bien cortadita por
la mitad. Y no estábamos gordos ni enfermos, sino alegres y con ganas de
comernos dos huevos cada uno...” (Ahora Blas se para, entorna los ojillos y se
ríe, como siempre que va a soltar un chascarrillo):
“Dos para uno o uno para
dos, ¡qué más da, campeón!”
¡Todos los mandamases del
mundo se ponen de pie y aplauden y gritan entusiasmados! ¡BRAVO! ¡BRAVO! Y el
que estaba a mi lado vuelve a mi oído: -¿Ves? ¡Es que no puede evitarlo! Lo de
los chascarrillos. Ni soñando.
Semana 25: I have a dream:
Hay que compartir
I have a dream: Los
repartidores de riqueza salen al alba. “¡Vamos que nos vamos! ¡Que todo
el mundo se ponga a crear riqueza! ¡Esto es la guerra! ¡Más madera!” Salen
cargados con toda la artillería: ideas, conocimientos, fantasía, creatividad,
¡ilusión! Yo miré el calendario. Ponía: “Hoy toca reparto de ilusión.” Y salí
corriendo a la calle. Mi calle era el mundo feliz. Solo un vecino se vino a por
mí: “¡Esto no puede ser verdad, Juan! ¡Esto es un sueño!” Lo dejé con la
palabra en la boca. Me di la vuelta y empezó a llover música. “¡Es el himno de
los repartidores de riqueza!”, gritaba la gente al tiempo que se ponía a
bailar. Yo también me puse a bailar. Entonces empecé a sentir esas malditas
collejas en el cogote. “Despierta, Juan. ¡Despierta!” Yo quería seguir soñando.
Por favor, dejarme ser feliz en un mundo feliz. Pero abrí los ojos y allí
estaba ella. Y entre lágrimas y legañas se lo dije: -¡Te ki, mi vi!
Semana 26: I have a dream:
Crear riqueza
I have a dream: Que viene
el futuro. ¿Qué va a pasar? Estábamos todos en la cuerda floja. Entonces
se abrió la puerta del armario y salió una voz: “El futuro no viene. Se hace.
Se sueña.”
Y la voz empezó a dar vueltas
alrededor de mi cama:
“Pide, desea, busca, viaja,
inventa, crea, sueña...” ( era como la voz de mi entrenador personal cuando
grita: ¡Vamos, venga, más rápido, más fuerte!)
“¡ Vamos, venga, pide,
desea, sueña... ¿Tú qué quieres?”
-Pues, yo quiero... ¡Sexo y
poesía cada día!-, dijo una voz dentro de mi cabeza.
Entonces salieron del
armario un montón de voces que se lanzaron sobre mí.
Una: “Lo que hay que querer
es que los americanos nos pidan que les enseñemos a comer.”
Otra: “Lo que hace falta es
que los chinos solo quieran productos españoles y nos traigan montañas de
dinero para que hagamos esas cosas que hacemos tan bien.”
Otra: “Lo que hay que hacer
es la unión europea ya de una vez.”
Otra: “¡Eso, eso! ¡Soñar,
soñar, soñar!... Así empieza todo.”
Y otra vez esas malditas
collejas en el cogote. Y abro los ojos y allí está ella: una bruja sin dientes
que me golpea con un rollo de papel de cocina. Asustado me paso la mano por la
cabeza y noto que estoy calvo. “¡Es el futuro, Juan!”
Y otra vez, más collejas. Y
otra vez abro los ojos y allí está ella: guapa como es, y me besa y me dice:
-Para ya, cariño, vas tener que dejar eso que fumas.



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