Es increíble, pero
Monsanto y compañía han vuelto a la carga. Estas codiciosas empresas de
biotecnología han encontrado la manera de obtener el control exclusivo sobre las
semillas de la vida -- la fuente de nuestro alimento. Están intentando
patentar variedades de las frutas y verduras que comemos cada día, como el
brócoli, los melones o los pepinos, prácticamente obligando a agricultores
de todo el mundo a comprar sus semillas, bajo la amenaza de ser demandados si se
niegan.
Pero podemos evitar que compren, pedazo a pedazo, nuestra madre
tierra. Empresas como Monsanto han encontrado agujeros legales en la
legislación de la Unión Europea para poseer los derechos exclusivos sobre las
semillas convencionales. Sólo necesitamos cerrarlos antes de que sienten un
peligroso precedente global. Para lograrlo, debemos conseguir que países
como Alemania, Francia y los Países Bajos (donde ya está creciendo la oposición)
pidan que se vote por la paralización de los planes de Monsanto. La comunidad de
Avaaz ya ha logrado en el pasado que los gobiernos cambien de postura y podemos
conseguirlo de nuevo esta vez.
Muchos políticos y agricultores ya se
han opuesto a estas patentes, pero necesitamos darles una inyección de poder
ciudadano y presionar a estos países para que Monsanto mantenga sus garras
lejos de nuestra comida. Firma ahora y comparte la petición con todo el mundo
para ayudar a construir el clamor más grande de la historia en defensa de la
comida:
Una
vez que existe una patente en un país, otros países empiezan a recibir una
enorme presión para adoptarla a través de negociaciones y acuerdos comerciales.
Por esta razón, patentar alimentos cambia todo el funcionamiento de nuestra
cadena alimentaria: durante miles de años los campesinos elegían qué
semillas usar para sus cultivos sin preocuparse de ser demandados por violación
de derechos de propiedad intelectual. Pero ahora las empresas de biotecnología
están consiguiendo las patentes de las semillas y obligando a los agricultores a
pagar cánones altísimos. Los agricultores ni siquiera pueden guardar las
semillas patentadas para la próxima temporada de siembra. Monsanto ha demandado
a cientos de ellos por usar el viejo arte de almacenar simientes para cultivar
después. Monsanto & co. dicen que estas patentes generan innovación, pero
lo que están creando es un monopolio corporativo sobre nuestra
comida.
Afortunadamente, la Oficina de Patentes Europea está
controlada por 38 países miembros que, con un voto, pueden bloquear aquellas
patentes que hacen peligrar la comida cultivada a través de métodos
convencionales. Incluso el Parlamento Europeo se pronunció al respecto,
oponiéndose a estas patentes destructivas. Ahora, una oleada de presión pública
podría empujar a prohibirlas de una vez por todas.
La situación ya es
dramática. Monsanto es dueña del 36% de las variedades de tomates, el 32% de
los pimientos y el 49% de los tipos de coliflor registrados en EE.UU. Con un
simple cambio de regulación podríamos proteger nuestra comida, a nuestros
agricultores y a todo el planeta del dominio corporativo.
Cap comentari :
Publica un comentari a l'entrada